Los problemas asociados al alcoholismo constituyen una preocupación de inmensas dimensiones. Las repercusiones de esta adicción van apareciendo progresivamente sobre todos los aspectos de la vida de la persona, la de su familia y la de la sociedad en su conjunto.
Todos los acontecimientos vinculados al proceso de embriaguez conllevan riesgos para uno mismo y también para terceros, sin embargo nos creemos protegidos contra ellos, pensamos que a nosotros no nos sucederá. La realidad es que la repercusión de la adicción alcohólica sobre aspectos como la violencia de género, los accidentes de tráfico, el maltrato infantil, la autodestrucción y una constelación añadida de conflictos da una buena muestra de la capacidad del alcohol para disolver, diluir y desintegrar vínculos familiares, laborales y personales. Nada se le resiste y eso es algo que casi todo ser humano ha visto cerca de su propio círculo.

Los conocimientos científicos aplicados al alcoholismo
Los conocimientos científicos actuales nos permiten afirmar que la adicción al alcohol no es un concepto de “todo o nada”. La adicción al alcohol y a otras sustancias constituye toda una escala de grises. Desde las tipologías alcohólicas del bebedor de fin de semana, joven, que fallece en un accidente de tráfico, hasta la mujer que mantiene un consumo alcohólico constante a escondidas de su familia, quien ya presenta graves repercusiones médicas como cirrosis hepática, pancreatitis crónica, neuropatía alcohólica o demencia alcohólica, o la cada vez mas frecuente presencia de alcoholexia (abuso de alcohol y anorexia o bulimia) en jóvenes, tenemos innumerables estados intermedios. Existen tantos tipos de alcohólico, como seres humanos pierden el control de sus consumos.
Utilizando la vieja frase psicoanalítica el alcohol sin duda es capaz de inhibir la cohibición moral del individuo en una primera fase, pero cuando este proceso se repite en el tiempo deja de servir como ansiolítico y de anular la memoria de los problemas para convertirse en un agravante de los mismos. Por no hablar de otros problemas físicos, psicológicos, financiaros, legales y de otras índoles que suelen aparecer bajo la misma envoltura del alcoholismo.

Tratamiento del alcoholismo
El tratamiento para el alcohol es posiblemente el más trazable y estable. La desintoxicación física es delicada y requiere estricto control médico. Aproximadamente en 15 días de tratamiento, el cuerpo comienza a renovarse. La deshabituación dependerá más de la persona en particular, de sus dolencias psíquicas y de su fortaleza en el autocontrol.