Adicciones,Ayuda

Terapia Grupal02 Mar

grupos al aire libre

 

Grupos sobre Violencia Familiar y de Gènero. Coordinados por psicòlogos.

El Objetivos del grupo es la contenciòn, asesoramiento y psicoeducaciòn. T

ambien contamos con asesoramiento legal.

PORQUE LA VIOLENCIA ES EL ULTIMO RECURSO DEL INCOMPETENTE, LA VIOLENCIA ES UNA DEBILIDAD

Adicciones,Ayuda

Terapia individual02 Mar

Terapia Individual

Terapia Individual

En la terapia individual es fundamental que  el psicólogo se acomode a las necesidades del paciente y puedan trabajar en conjunto. La tarea es de los dos.
Los objetivos de la terapia individual pueden ser varios: la resolución de una determinada problemática, el análisis profundo de la personalidad, y como un proceso psicoeducativo. En todas, la tarea es de ambos. Es un proceso que lleva tiempo, constancia, aprendizaje, confianza, honestidad y empatía. El  psicólogo siempre propone formas de trabajo, pero nunca impone nada al paciente.
Para definir qué orientación de terapia te resultaría útil podés investigar, leer y consultar sobre los distintos tipos de enfoque y cómo se abordan de acuerdo a la problemática especifica. Tipos de enfoques: psicoanalítico, sistémico, cognitivo conductual, gestáltico, directivo, entre otros. Por lo tanto de acuerdo a la problemática, encontrarás el mejor enfoque que te convenga.
Las terapias no tienen un tiempo determinado, ya que dependen de lo que necesite el paciente en su etapa evolutiva y de los recursos internos con los que cuenta para poder lograr los objetivos propuestos. La terapia no se reduce específicamente al horario acordado: el proceso terapéutico debe seguirlo el paciente durante la semana trabajando sobre los puntos tratados en la sesión.

Notas sobre la enfermedad de la adiccion

Cómo anular a una persona10 Feb

adicciones y decepcion

El peor daño que se le hace a una persona es darle todo. Quien quiera anular a otro solo tiene que evitarle el esfuerzo, impedirle que trabaje, que proponga, que se enfrente a los problemas (o posibilidades) de cada día, que tenga que resolver dificultades.

Regálele todo: la comida, la diversión y todo lo que pida. Así le evita usar todas las potencialidades que tiene, sacar recursos que desconocía y desplegar su creatividad. Quien vive de lo regalado se anula como persona, se vuelve perezosa, anquilosada y como un estanque de agua que por inactividad pudre el contenido.

Aquellos sistemas que por “amor» o demagogia sistemáticamente le regalan todo a la gente, la vuelven la más pobre entre las pobres. Es una de las caras de la miseria humana: carecer de iniciativa, desaprovechar los talentos, potencialidades y capacidades con que están dotados casi todos los seres humanos.

Quien ha recibido todo regalado se transforma en un indigente, porque asume la posición de la victima que sólo se queja. Cree que los demás tienen obligación de ponerle todo en las manos, y considera una desgracia desarrollarse en un trabajo digno.

Es muy difícil que quien ha recibido todo regalado, algún día quiera convertirse en alguien útil para sí mismo. Le parece que todos a su alrededor son responsables de hacerle vivir bien, y cuando esa “ayuda» no llega, culpa a los demás de su “desgracia” (no por anularlo como persona, sino por no volverle a dar). Sólo los sistemas más despóticos impiden que los seres humanos desarrollen toda su potencialidad para vivir. Creen estar haciendo algo bueno, pero en definitiva están empleando un arma para anular a las personas. (No quiere decir que la caridad de una ayuda temporal no sea necesaria en momentos especiales).

Adicciones

Marihuana: cuando el placer se hace humo.25 Nov

marihuana

El uso a largo plazo y frecuente de marihuana podría dañar y destruir el centro del placer en el cerebro.

 

 

 

El uso de la marihuana (Cannabis) tiene un objetivo claro, tener una sensación de placer, pero, también algunas personas la fuman para relajarse y pasar un “buen momento”. Por supuesto, que lo más importante es preguntarse: ¿por qué una persona consume una sustancia? Y, cuando decimos sustancia nos referimos al alcohol, tabaco, medicamentos, marihuana, cocaína, paco, éxtasis o cristal, entre tantas otras.

La persona puede llegar a tener un problema personal, emocional, familiar o laboral, y en algunas oportunidades recurre al consumo de una sustancia como una manera de lograr un escapismo farmacológico, o sea, olvidarse temporariamente de esos problemas que le perturban su pensamiento, y que a veces, interfieren con las actividades de la vida diaria, inclusive dormir.

La marihuana como otras sustancias provoca el efecto deseado, el placer, pero también los efectos adversos o toxicidad como todas las drogas mencionadas anteriormente. He comentado en otras columnas de esta sección “Perfil genético”, lo que provoca la droga ilegal más consumida en el mundo, y está clara mi postura al respecto. No es una droga innocua, es responsable de ser un factor de riesgo para desarrollar psicosis, y es la 2da causa de accidentes de tránsito fatales, después del alcohol. Pero, en este momento me voy a concentrar en el placer.

A nivel del cerebro hay compuestos químicos que son los encargados de participar y llevar la información entre las neuronas, los llamados neurotransmisores. El neurotransmisor llamado dopamina es el que participa en el mecanismo del placer y la recompensa. Se ha demostrado que algunas personas que tienen mutaciones (alteraciones) del gen DRD2 tienen mayor riesgo para desarrollar adicción (dependencia) a sustancias.

La mayoría de las personas que fuman marihuana no son adictas, como comenté anteriormente están buscando una sensación de placer para relajarse en un momento de tensión, para divertirse el fin de semana comiendo un asado con amigos o antes de tener relaciones sexuales. Algunas personas el solo hecho de fumar les da placer. Pero cuidado, el uso a largo plazo y frecuente de marihuana podría dañar y destruir el centro del placer en el cerebro. El hombre es un “animal de costumbre”, si nos acostumbramos al estimulo cuando este no esta sentimos la carencia, y no logramos disfrutar.

Un estudio recientemente publicado en la revista Proc Natl Acad Sci U S A en julio de 2014 demostró que las personas que abusan o son adictas a la marihuana, o sea, que consumen Cannabis por un largo período de tiempo dañarían el sistema de dopamina en el cerebro, y por ende, afectarían la posibilidad de sentir el efecto que buscan fumando un porro, el placer.

Aunque la muestra estudiada fue pequeña ya que participaron 48 individuos: 24 personas que tienen una dependencia a esta sustancia (fumaban de promedio 5 cigarrillos de marihuana por día, 5 días a la semanas por un período de 10 años), y 24 personas que actuaron como control, los resultados son interesantes y se deben tener en cuenta para analizar estos efectos a mayor escala.

Lo que sorprendió a este equipo de investigadores fue encontrar que las personas que tenían una dependencia a la marihuana no reaccionaban de la misma manera que las personas consideradas como controles cuando se los estimulaba y se analizaban las imágenes cerebrales. O sea, ambos grupos producían la misma cantidad de dopamina en el cerebro, pero las personas que tienen una dependencia al Cannabis no la “procesaban” como una sensación de placer. Por lo que llegaron a la conclusión que la marihuana dañaría el mecanismo de recompensa y placer en el cerebro.

No estoy en contra de la libertad individual. Por supuesto estoy en contra de las drogas, inclusive de ésta, pero el objetivo es difundir que no es “tan buena” como algunos difunden de manera masiva.

Inclusive, como en este caso, algo realmente sorprendente, ya que el efecto buscado por la mayoría desaparecería por el abuso prolongado en el tiempo. Pero, cuando hablamos de placer, no solo hablamos de sentir placer al fumar, sino a disfrutar otras acciones que incluyen esta sensación, como por ejemplo, puede ser una relación sexual, mirar una película o escuchar música, entre otras tantas cosas.

En conclusión, si fumas mucho porro durante mucho tiempo, además de quemarte el cerebro, no vas a sentir placer.

 

 

 

Adicciones

«Se creó la cultura de la pastilla: ya nadie pregunta qué hago, sino qué tomo»05 Ago

Desde nuestra experiencia denunciamos el respaldo de una trayectoria difícil de encontrar, el negocio de los laboratorios y sus profesionales especializados: «inventar enfermedades con el objeto de ampliar el mercado hasta que todos se vuelvan enfermos». Además, advierte sobre la urgencia extrema de tomar conciencia acerca de «esta situación alarmante», para luego poder decidir respecto del propio cuerpo sin caer ciegamente en el paternalismo médico que sobrevuela hoy al sistema en plena crisis.

El paciente hace lo que puede y lo que le enseñan que haga

En ésta nota intentamos convocar a «desaprender lo aprendido» durante la infancia para escapar del «Gran Mandato», ese que lleva a «aparentar salud» o a «reprimir los síntomas» al costo de producir y consumir; e invita a retomar la confianza de que el poder de curarse reside, muchas veces, en las buenas prácticas y la vida sana, sin remedios de por medio.

Responsabilizamos en forma directa  al Estado (una tendencia que se replica también en otros lugares del mundo) por la ausencia de límites estrictos frente a los abusos de la actividad de las empresas farmacéuticas, y la dinámica en la que incurren la automedicación o el uso irracional de antibióticos.

«La sinergia entre la exigencia del paciente, el cansancio del médico y la presión del laboratorio termina por hacer de cualquier persona sana un enfermo y de cualquier enfermo, un enfermo grave», destaca convencida al abrazar la hipótesis que recorre su investigación.

– De los casos de intoxicación aguda atendidos en las guardias de los hospitales públicos del país, la segunda causa después del alcohol son los medicamentos. ¿A qué atribuye ese uso irracional que se le brinda a las drogas?

– Siempre tiendo a desculpabilizar al paciente porque hace lo que puede y lo que le enseñan que haga. La publicidad de medicamentos es lo primero a lo que yo responsabilizo por esta situación, que tiene una acción tremenda sobre la gente. Lleva a que si alguien está cansado, automáticamente piense en una aspirina. La segunda causa es la venta libre: es parte de lo mismo, esta transformación de los medicamentos en un producto de consumo, que se asimila a un cosmético o a una golosina. Eso es una barbaridad y nos parece natural. Para mí los responsables están ahí y no en el público.

– Siguiendo con el tema, usted afirma que «sería un milagro que la gente no consumiera por su cuenta»… ¿En qué medida la difusión de remedios, a gran escala y a toda hora, alimenta esta práctica? ¿Es imparable este fenómeno?

– Creo que va a tener que ser parable en algún momento porque la cantidad de muertes producida por este fenómeno es enorme. En la Argentina no está contabilizado, pero en los Estados Unidos, donde existe toda una disciplina dedicada a la estadística, se sabe que mueren más personas por la ingesta de medicamentos que por enfermedades pulmonares, HIV, e incluso accidentes automovilísticos. Es la cuarta causa de muerte. Es un tema gravísimo. Supongo que, en algún momento, hay que parar esto. Ahora, cómo se para, no tengo la menor idea. En realidad, estamos tratando con lo que, hasta el año pasado, era el segundo negocio en volumen, después de las armas. Se ha llegado a un punto de descontrol tan enorme que no sé cómo se puede detener. Por lo pronto, me parece que se pueden tomar medidas paliativas, como ser no más publicidad de medicamentos o prohibir la venta libre de antibióticos. Es un problema mundial descontrolado, como si no hubiera conciencia de eso.

Esto trae a colación la alerta impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) acerca del uso abusivo de antibióticos, que lleva a que algunas enfermedades se conviertan en intratables…

– Es lo que está ocurriendo. Hace tiempo que la OMS está advirtiendo y que los médicos lo están notando en los hospitales. Esto de que una infección banal en una rodilla se transforma en algo imparable, casi nos pone en la situación de la era pre-antibiótica. «Es muy fácil crear bacterias resistentes a todo. Los antibióticos son geniales, pero mal usados son terribles», dijo Fleming en su discurso de aceptación del Premio Nobel al descubrir los primeros antibióticos, y, a los pocos meses, muchas bacterias eran resistentes. Hoy, cada vez más, se acelera eso, porque las bacterias están programadas para mutar. Cuando la persona toma un antibiótico indebido o por el tiempo incorrecto, se convierte en un laboratorio en el que se producen gérmenes resistentes a todo. Y ya hay dos que lo son, pero por suerte están aislados. Si se diseminaran, se acabó la humanidad.

– Otra cara de la misma moneda son los hipocondríacos… ¿La retórica de la industria conduce a un aumento de este sector de la población?

– Sí. También ahí hay dos factores: uno, todo esto que venimos diciendo, y el otro es Internet.

Es inevitable, y, al mismo tiempo, está buenísimo que no haya más ese misterio y paternalismo médico que lo sabe todo. Pero es cierto también que se alimenta la paranoia. Lo bueno es que el paciente averigua y consulta. Sin embargo, hubo gente que se ha sentido pésimo y se ha quedado en la cama dispuesta a morir porque leyó algo en Internet que no comprendió del todo.

La respuesta médica convencional hoy recae en recetar varias drogas

– En ese contexto, ¿por dónde pasa el poder persuasivo de los psicofármacos, cuyo uso se ha extendido a cifras impensadas en la Argentina y en el mundo?

– Es tremendo lo que sucede con ellos. La gente hasta se aconseja y convida para no estar triste, enfrentar entrevistas laborales o rendir con éxito un examen. Hay 100 millones de personas tomando ansiolíticos en el mundo y el 10% de la población de Estados Unidos lo hace sólo con antidepresivos. Viven empastillados. Se ha naturalizado también eso.

– No se buscan alternativas para estar mejor…

– Claro, nadie prueba. Se creó esa cultura de la pastilla. A mí me llaman los pacientes y no me dicen qué hago, sino que me preguntan qué tomó. Enseguida se piensa en eso. Me parece que la función del médico debería pasar por ver la totalidad y ayudar a la persona a salir de una situación enferma como ésta que describo. Pero hoy, en muchos casos, la respuesta convencional recae en recetar varias drogas. Esto no implica que los médicos sean malos, locos o criminales, asociados con los laboratorios. Ocurre que están quemados, pasados de actividad, porque trabajan miles de horas por día, y las prepagas o las obras sociales suelen darles no más de diez minutos por cada paciente.

 La idea subyacente, advierte, es que siempre se debe hacer algo, aunque no se sepa qué. 

– ¿Entonces es obsoleto pensar en la actualidad en el modelo del médico que dispone de tiempo y puede dedicarse de lleno a sus pacientes?

– Totalmente obsoleto. Es un personaje raro ese médico y va a seguir siéndolo. Desde que las prepagas desembarcaron en el sistema de salud, la salud es un producto de consumo, con la lógica del mercado. El médico tiene que atender a 50 pacientes por día porque sino no acumula los honorarios necesarios para pagar el alquiler.

– En en la sociedad en la que vivimos está mal visto estar enfermo y esboza la idea del «Gran Mandato» (aquel que lleva a la persona a producir y consumir, sin descansar y curarse del todo). ¿Considera que es posible evadirse de él, aunque sea gradualmente?

– Pienso que sí, porque hay una movida de la gente, a pesar de toda esta presión. Sólo falta incorporar a la conciencia de la vida sana y la actividad física la idea de que uno puede curarse de otra forma, sin tomar remedios. La premisa circula, pero no se le tiene confianza por culpa de la publicidad, que te dice: «Estás cansado, tomate eso».

– ¿Qué papel cumple en ese proceso de «desaprender lo aprendido» tener acceso a información rigurosa y poder decidir sobre el propio cuerpo?

– Me parece que es fundamental porque la información que tenemos está sesgada y limitada a la publicidad y a lo que hacen los laboratorios como publicidad indirecta. Eso depende realmente del Estado, acá y en todo el mundo, es algo universal. Los Estados son los responsables de educar a la gente. Los problemas graves de salud derivan de la pobreza y de la ignorancia. Si uno pudiera terminar con ambas, la mortalidad general de las poblaciones disminuiría notablemente.

La salud es un producto de consumo, con la lógica del mercado

– La aplicación de la ley que prohíbe la venta libre de medicamentos fuera de las farmacias causó polémica años atrás. ¿Por qué motivos cree que no prosperó o no logró el impacto que se esperaba?

– Fue un cambio cosmético para beneficiar a las farmacias, al público no lo benefició para nada. Da igual ir a un kiosco y pedir una aspirina, que ir a una farmacia y hacerlo. Meten todo en la bolsa y te lo dan. ¿Qué diferencia hay para la gente comprarlo en la farmacia que en una estación de servicio o en un hotel alojamiento? Es igual. Así que no entiendo cuál fue el objetivo de esa ley.

– Volviendo al sistema y a la crisis que atraviesa, ¿es posible hablar de profesionales de la salud que no sean «concesionarios de la industria farmacéutica»?

Si trabajan en un hospital, no pueden decirle al paciente que no tome nada. No hay que olvidarse de los controles de los laboratorios, que se fijan en las recetas que cada profesional hace y, sino, los llaman para preguntarles qué pasó o por qué motivos no recetó tal droga. La industria farmacéutica premia con dinero y estatus. Esto ha sido siempre así. Te presionan, te controlan, es imposible ser neutral. Los médicos no pueden independizarse de los laboratorios.

Si no se interna al adicto para tratar su adicción a las drogas o su adicción al alcohol,
las consecuencias del consumo llevan al adicto siempre a los mismos lugares:
cárcel, hospitales y la muerte.

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Adicciones

Drogas, adicciones, violencia. Informe del Ministerio de Salud.16 Jun

«Ahora hasta los transas (transa=vendedor minorista de drogas) están rezarpados. Por ahí les vas a comprar y te hacen arrodillar y te dan la bolsa mientras te apuntan a la cabeza. «Esto es lo que tengo para vos», me dijo uno una vez. Y te la tenés que comer, porque sin el paco no podés estar

Eso cuenta Pablo cuando se le pregunta si es verdad que el paco vuelve violentas a las personas e incide en la agresividad con que se cometen los delitos. Este joven de 26 años, que hace un mes se internó para recuperarse de siete años de adicción, lo refrenda con su experiencia.

Es, también, lo que surge del informe «Consumo y delito», difundido en mayo por el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, con el que se busca saber cuál es el impacto de las distintas drogas (legales e ilegales) en los barrios más vulnerables. El estudio elaborado por el Observatorio del Uso de Sustancias Psicoactivas de la cartera de Salud concluye que el paco y la cocaína refinada son las drogas que más «aumentan la agresividad en los hechos delictivos».

Del análisis de casi 9300 internaciones en centros de atención a adictos, producidas entre 2001 y 2012, y de una serie de entrevistas con «informantes clave» que trabajan en esa problemática en los barrios surge que el consumo de estas sustancias «influye en el nivel de agresividad que presentan los delitos» y que, en particular, la cocaína refinada y la pasta base (paco) presentan el mayor nivel de alteración. Aunque se aclara que es el alcohol, mezclado con psicofármacos como el clonazepam, «la sustancia que aparece como mayormente vinculada a actos delictivos».

El informe subraya repetidamente que no se puede determinar una relación unívoca entre drogas y delincuencia. «Hay conformados muchos estereotipos, especialmente respecto del consumo de pasta base, que no necesariamente se verifican en la realidad».

La experiencia de Pablo lo confirma: «No hace falta consumir para salir a robar. Un pibe puede salir a robar porque se quiere comprar una campera de 800 pesos y no tiene la plata. La droga no tiene nada que ver».

Según los datos relevados por el Observatorio, entre los 9291 casos analizados sólo se registraron 331 con causas por delitos (3,56%), dos tercios de los cuales corresponden a delitos contra la propiedad (robos) y un 8%, a agresiones contra la vida.

El informe nada dice, sin embargo, de la problemática de quienes no llegan a pasar por el sistema provincial de atención a las adicciones, como los que arriban a las guardias de los hospitales en estado crítico por el consumo de paco u otras drogas, explica González. Y, por otra parte, no todos los hechos violentos que ocurren derivan en una causa judicial. En los barrios «calientes» la violencia es algo cotidiano y suele quedar al margen de los tribunales.

Pablo cuenta que nunca estuvo preso y que sólo le abrieron una causa por un robo. Pero también cuenta que una vez «corrió» a tiros a dos tipos que se habían acercado al barrio a robar, y que otra vez asaltó a un «transa». «Le fui a meter caño. Le robamos», confesó. Fue una vez que no tenía plata para comprar pasta base. Pero también él fue víctima: lo asaltaron y le quedó una larga cicatriz a la izquierda de la boca, por una cuchillada.

Según el informe oficial, el consumo de drogas y el delito no son causa y efecto, sino parte de un contexto que «supone situaciones conflictivas que desbordan ampliamente la problemática del consumo de sustancias, tales como la pobreza [y la] exclusión social». Por eso, la droga «no puede ser vista como causa única del delito, sino como un síntoma que, sin embargo, aumenta la agresividad y los hechos violentos«, resume el Ministerio de Salud.

Adicciones

internacion adiccion30 May

Internación adicción

RECORDÁ:

La enfermedad de la adicción a las drogas es progresiva, mortal e incurable.
Si no se interna al adicto para tratar su adicción a las drogas o su adicción al alcohol,
las consecuencias del consumo llevan al adicto siempre a los mismos lugares:
cárcel, hospitales y la muerte.

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Tel:(011) 4783-7119

Cel: (011) 15-5055-3380

 

La adicción es una enfermedad genuina que causa un incremento en el uso de alcohol y otras drogas hasta afectar la salud física, mental y espiritual de una persona y amenazarla y/o dañarla pudiendo causarle la muerte.

La Organización Mundial de la Salud decretó no hace mucho tiempo atrás que la adicción es una enfermedad primaria.

 

¿Por qué la adicción es una enfermedad primaria?

Porque tiene un síntoma, se puede tratar y no es desencadenante de otra enfermedad.

Síntomas:
abuso de drogas, abuso de alcohol.

Tratamiento:
se puede tratar brindándole al adicto las herramientas para dejar la adicción en una internación para que se mantenga lejos de las drogas.

¿Por qué la adicción es una enfermedad física? Porque se manifiesta a través de la compulsión.

¿Por qué la adicción es una enfermedad mental? Porque se manifiesta a través de la obsesión.

¿Por qué la adicción es una enfermedad espiritual? Porque se manifiesta a través del egocentrismo.

Esta enfermedad ataca la voluntad de las personas, el adicto consume drogas porque se encuentra muchas veces sin ganas y esto se manifiesta en todas las áreas de su vida.

Enfermedad significa una discapacidad involuntaria. Representa la suma de fenómenos anormales que se presentan en un grupo de individuos. Estos fenómenos están asociados con un conjunto específico de características comunes, por lo que estos individuos difieren de la norma, y que los coloca en desventaja.


Condiciones externas:

Si bien la adicción es una enfermedad, para manifestarse activamente se deben dar ciertas condiciones externas:

1) Familia disfuncional

2) Falta de comunicación

3) Familiar coadicto

4) Eventos desencadenantes (perdida de algún familiar, abuso sexual)

 

RECORDÁ:

La enfermedad de la adicción a las drogas es progresiva, mortal e incurable.
Si no se interna al adicto para tratar su adicción a las drogas o su adicción al alcohol,
las consecuencias del consumo llevan al adicto siempre a los mismos lugares:
cárcel, hospitales y la muerte.

 

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Adicciones

La adicción a la cocaína. ¿Qué efectos produce en el adicto a la cocaína?05 Mar

LA ADICCIÓN A LA COCAÍNA

ASPECTOS NEUROBIOLÓGICOS E IMPLICANCIAS FARMACOTERAPÉUTICAS

  • MARIHUANA
  • COCAÍNA
  • ECSTASYS
  • ALCOHOL
  • INHALANTES
  • OPIÁCEOS

PACO (Pasta Base de Cocaína):

  • Cocaína no tratada, extraída del arbusto de la coca a través de un proceso de maceración y mezcla con solventes
  • Existen cerca de 250 variedades de la hoja de coca, por lo que las características del PACO variarán dependiendo de la cantidad de alcaloide que contengan las hojas utilizadas
  • Polvo blanquecino o amarillento, dependiendo de la sustancia con que se mezcle
  • Se fuma en pipa o latas con cenizas como brasero; también en cigarrillos mezclada con tabaco o marihuana.

Pasta base Paco

Mecanismo de acción de la cocaína

  • Inhibición de la recaptación de monoaminas (DAT, NAT, 5-HTT) por bloqueo competitivo
  • Estrategias de “inmunización” (vacuna anti-cocaína, Fox B. et als., 1999)
  • I. Etapa de Euforia

SIGNOS

Midriasis bilateral

Taquicardia

HTA

Aumento tº corporal

Aumento Frecuencia Cardíaca

Rigidez muscular

Sudoración

Disminución del hambre, sueño y fatiga

 

SÍNTOMAS

Taquipsiquia

Logorrea

Hiperprosexia

Irritabilidad / impulsividad

Hiperexcitabilidad

Hipersexualidad

Omnipotencia

Deshinibición

 

 

 

  • II. Etapa de Disforia

Sensación de angustia, depresión e inseguridad

Craving intenso

Tristeza

Apatía

Indiferencia sexual

  • III. Etapa de Consumo Compulsivo

Consumo ininterrumpido buscando evitar la disforia

Irritabilidad/ Impulsividad

Dificultad para lograr anticipación (compromiso frontal)

Delirios y alucinaciones

Pérdida de control de conductas instintivas

 

EVOLUCIÓN NATURAL DE LA ADICCIÓN A COCAÍNA (JERÍ, 1984)

COCAÍNA Y ALCOHOL

Formación de cocaetileno y norcocaína

LD50 más baja que cocaína

Vida media más prolongada

Potenciación del efecto reforzador (vías DA)

La comunidad,Tratamiento

¿QUÉ HACEMOS?26 Nov

Todos los esfuerzos de Comunidad San Andrés están orientados a acompañar a los pacientes en la búsqueda de una salida para sus comportamientos adictivos. Las prestaciones que ofrecemos acompañan dicho proceso, atendiendo los múltiples factores –trastornos emocionales, familiares, sociales, individuales– que intervienen en esta patología.

La experiencia clínica nos ha permitido observar que a través del consumo se intenta paliar algún tipo de dolor psíquico, que la adicción es en realidad una defensa frente a la angustia. Y que el acto de drogarse constituye un modo de comunicar un mensaje, un llamado que no se puede expresar en “palabras”.

Por lo tanto, consideramos nuestro objetivoponer palabras, allí donde habló la droga”. Intentamos ayudar a conducir a los pacientes por el camino de la búsqueda de una salida al problema. Entendemos que el primer paso en el recorrido de la recuperación de un toxicómano es que pueda interrogarse acerca de su padecimiento.

Como las causas de la adicción residen en el sujeto, sostenemos la recuperación con un tratamiento integral e intensivo, que exige un auténtico cambio físico, psicológico, conductual, familiar, social y espiritual a largo plazo.

Sólo así se llevará a cabo la abstinencia total que exige la recuperación en un adicto.

San Andrés:
mucho más que una comunidad…

HOY es
el momento del cambio:


¡Llámenos AHORA!

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Adicciones

¿QUÉ LLEVA A UNA PERSONA A CONSUMIR DROGAS?26 Nov

Existen muchas causas y muchos factores. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el fenómeno de la drogadicción no es exclusivo de un grupo o estrato social, económico o cultural determinado. El consumo de drogas afecta a toda la sociedad en su conjunto.

En general, el uso de drogas corresponde a un afán de huir de la realidad. Las drogas proporcionan una vía de escape, un alivio temporal a los problemas personales, familiares o sociales. También son una puerta de salida frente al vacío existencial presente en el interior de la persona, el cual la lleva a volcarse en búsqueda de salidas ilusorias que llenen dicho vacío.

Algunos factores que favorecen el fenómeno de la drogadicción pueden ser clasificados del modo siguiente:

– Factores de tipo social: En la actualidad, existe una amplia disponibilidad de drogas, legales e ilegales, lo que hace mucho más fácil el acceso y el consumo de las mismas. Tranquilizantes, somníferos, hipnóticos, etc., se pueden conseguir en las farmacias sin receta médica. Asimismo el amplio tráfico y distribución de drogas ilegales hace que sea fácil obtenerlas. Algunas drogas, como el éxtasis, están «de moda», y prácticamente se puede obtener en cualquier discoteca. Niños y jóvenes que viven en las calles pueden obtener pegamentos, tales como el Poxirán, para inhalar.

También existe mucha desinformación en el tema de las drogas. Algunos sectores proponen la despenalización e incluso la legalización del uso de drogas tales como la marihuana y la cocaína, argumentando que no son peligrosas, al menos no más que el tabaco o el alcohol, que son legales; o que al legalizar la droga, el tráfico ilícito y las mafias cesarán de existir. Los medios de comunicación y sistemas educativos favorecen también el consumo de drogas al promover valores distorsionados (el placer y la satisfacción como meta última de la vida, el consumismo,el sentirse bien a cualquier precio, el vivir el momento, etc.)

El ansia del joven de pertenecer a un grupo, de sentirse parte de un círculo social determinado, y las presiones por parte de los «amigos», pueden hacer también que el joven se vea iniciado en el consumo de drogas. El consumo puede ser el requisito para la pertenencia a dicho grupo, y una vez dentro se facilita la adquisición y el consumo de sustancias tóxicas.

– Factores de tipo familiar: Los hijos de padres fumadores, bebedores o toxicodependientes son más proclives a tomar drogas que los hijos de padres que no lo son. Un ambiente familiar demasiado permisivo, donde no exista disciplina o control sobre los hijos; o demasiado rígido, donde los hijos se encuentren sometidos a un régimen demasiado autoritario o se encuentren sobreprotegidos, puede también fomentar el consumo de drogas. La desatención de los hijos por parte de los padres, las familias divididas o destruidas, las continuas peleas de los cónyuges frente a los hijos, la falta de comunicación entre hijos y padres, todos éstos son factores que contribuyen a crear un clima de riesgo, donde la droga puede convertirse fácilmente en una válvula de escape.

Se ha comprobado que el uso de drogas por parte de los jóvenes es menos frecuente cuando las relaciones familiares son satisfactorias.

– Factores de tipo individual: Muchos factores personales pueden influir en la decisión de consumir drogas. Éstas pueden ser vistas como una vía de escape a los problemas cotidianos; algunas personas las usan como medio para compensar frustración, soledad, baja autoestima o problemas afectivos. En efecto, bajo el efecto de las drogas, la persona experimenta un estado de euforia que le hace olvidar los problemas o las limitaciones que tenga. Lo malo es que es una ilusión, y luego de ese estado de euforia viene una frustración incluso mayor que la inicial, lo que lleva a la persona a recurrir nuevamente a la droga.

Otros se inician en la droga por curiosidad, o para experimentar sensaciones nuevas ante una cierta apatía, hastío, aburrimiento o incluso sinsentido de la vida. Ante el vacío que experimentan, la droga se presenta como una posibilidad, aparentemente atractiva, de llenar ese vacío.

Por eso recuerde que:

 

¡Nunca es tarde!
Y alguien debe hacerlo…

¡Llámenos AHORA!
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Adicciones

Cómo dejar el Porro11 Nov

Cómo dejar el Porro

Por Comunidad San Andrés

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¿Te gustaría dejar los porros?

¿Crees que podrías ser adicto a los porros?

¿Tienes una adicción al cannabis?

Desde Comunidad San Andrés intentaremos ayudarte…

 

Un porro es un cigarrillo de cannabis o hachís. Los porros de marihuana pueden contener sólo cannabis o estar mezclados con tabaco, envueltos en papel de fumar.

La adicción a los porros se debe al componente tetrahidrocannabinol(THC) presente en el cannabis. Así pues ell THC se parece a algunas de las sustancias que las neuronas producen para comunicarse entre sí, provocando que el THC se una a los receptores de las neuronas y alterando gravemente el funcionamiento del cerebro.

La adicción a los porros se debe al alto poder adictivo del cannabis, cuyo consumo provoca la alteración de procesos cerebrales como bien lo hacen otras sustancias como la cocaína o el alcohol.

¿Crees que los porros no le hacen nada, que no son malos, o que simplemente le relajan? Estás equivocado. Socialmente están mejor aceptados que otras drogas como la cocaína, pero no deja de ser una droga destructiva. Si piensas que es bueno, es porque estás utilizando una forma de auto-convencerte y justificar tus acciones.

¿Fumas porros regularmente? ¿Sientes una imperiosa necesidad por fumarte un porro, ya sea para relajarte o por placer? No te engañes a ti mismo, quizás seas adicto al cannabis y no lo sepas o quieras aceptar.

 

Cómo afectan los porros al cerebro

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¿Sientes lagunas u olvidos en medio de una conversación? Los porros, a largo plazo disminuyen la capacidad intelectual por deterioro neuronal. Así mismo, son una droga que puede facilitar el salto a otras drogas más peligrosas debido a las amistades con las que se comparten. Una cosa lleva a la otra, y te puedes encontrar siendo un toxicómano.

¿Crees que eres adicto a los porros?

Si crees que eres adicto a los porros, lo primero de todo que tienes que hacer es concienciarte de su peligro, del error que cometes al consumirlos y de los problemas que te pueden causar a ti, y a tu entorno. Los porros te pueden llevar a:

  • Problemas familiares.
  • Problemas sociales.
  • Problemas económicos.
  • Peor concentración en estudios y trabajo.
  • Mayor adicción a lo largo del tiempo.
  • Inconsciencia del problema.

Si te has visto en algunas de estas situaciones, quizás te plantees encontrar una solución. Date cuenta de tu problema, y ten voluntad para cambiar y dejar los porros.

Si ya has intentado dejar los porros y has recaído, quizás necesites ayuda extra. La adicción que causa el cannabis y los falsos estados de relajación te pueden causar, en su ausencia, situaciones de insatisfacción, de ansiedad, nerviosismo e incluso agresividad.

DEJATE AYUDAR
a dejar los porros.

Tus amigos y familiares pueden ayudarte, pero el único que lo conseguirá serás tú mismo.

Si estás realmente interesado o interesada en dejar los porros y aún así ni la familia, ni amigos, ni pareja, ni tu mismo puedes… busca ayuda en expertos. ¡Qué no te de vergüenza! Quien tiene un problema, tiene una solución al alcance de la mano. Todo es intentarlo.

Existen centros de rehabilitación y para el tratamiento de las adicciones en el que los pacientes son curados y consiguen dejar sus adicciones en un porcentaje altísimo de los casos.

En lugares como Comunidad San Andrés un grupo de profesionales experimentados en la solución de problemas como el tuyo podrán ayudarle a dejar tu adicción al cannabis y a dejar los porros.

¡Nunca es tarde!
Alguien debe hacerlo…
¡Llámenos AHORA! 

(011)15-5055-3380

Quiénes somos

Comunidad San Andres

Somos un conjunto de profesionales preocupados por la salud física, emocional y espiritual de las personas.
Estamos encaminados a mejorar sus relaciones interpersonales y familiares, tomando en cuenta que
la adicción es una enfermedad que no distingue edad, clase social ni sexo.
Nuestro modelo de tratamiento,  con terapias individuales y grupales dentro de una «comunidad», nos ha dado la satisfacción de ver a nuestros pacientes reintegrarse como personas sanas a su círculo laboral, social y familiar.

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