El peor daño que se le hace a una persona es darle todo. Quien quiera anular a otro solo tiene que evitarle el esfuerzo, impedirle que trabaje, que proponga, que se enfrente a los problemas de cada día, que tenga que resolver cualquier tipo de dificultades.

Regálele todo, desde la comida, la diversión y todo lo que a él se le ocurra. De ésta manera le evita usar todos sus recursos, inteligencia natural, ingenio y posibilidades que tiene y desconocía, o sea desplegar su creatividad. Es esta una buena fórmula para crear un adicto con todas las letras, o un inútil aunque no suene tan agradable… si es mucho más peligroso.

Quien vive de lo regalado se anula como persona, se vuelve perezosa, anquilosada y como un estanque de agua que por inactividad pudre el contenido… que no es, ni más ni menos, que su propia existencia.

Aquellos sistemas que por amor o demagogia sistemáticamente le regalan todo a la gente, la vuelven la más pobre de entre las pobres.

Una de las caras de la miseria humana, es carecer de iniciativa, desaprovechar los talentos, potencialidades y capacidades con que estamos dotados cada uno de los seres humanos.

Quien ha recibido todo regalado se transforma en un indigente, porque asume la posición de la victima que solo se queja y demanda más y más, no es feliz con lo que tiene, más aún con lo que le falta; y siempre le va a faltar algo.

Cree que los demás tienen la obligación de ponerle todo en las manos y considera una desgracia el deber de trabajar así como colaborar en la casa o ayudar de cualquier manera al vínculo familiar más directo y cercano.

Es muy difícil que quien ha recibido todo regalado y sin el menor esfuerzo logre algún día convertirse en alguien útil para sí mismo, llevar una familia y ser útil para la sociedad. Cree que todos a su alrededor son responsables y tienen como única tarea y obligación hacerlo sentir y vivir bien, y cuando esa ayuda no llega, culpa a los demás de “su desgracia” (no por anularlo como persona, sino por no volverle a dar).

Sólo los sistemas mas despóticos impiden que los seres humanos desarrollen toda su potencialidad para vivir dignamente. Creen estar haciendo algo bueno, pero en definitiva están empleando un arma para anular a las personas. (No quiere decir que la caridad de una ayuda temporal no sea necesaria en momentos especiales).

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